Brrrr, primera ola polar encima nuestra! Y yo encantada eh! Que a una no le gusta en absoluto el calor y adora el frío, los jerseys de cuello alto, las mantas en el sofá y un buen nórdico en la cama (dicese del relleno, no del natural de Noruega, jajaja)
Y claro, yo estaba deseando cocinar unos buenos platos de cuchara y unos deliciosos guisos, de esos que es mejor tener paciencia y guardar de un día para otro, porque ganan tanto con el reposo.
Tradicionalmente, del Ternasco de Aragón se consumía la pierna y la costilla, y como siempre digo, del ternasco, como del cerdo, se pueden aprovechar todas las piezas (me gustan hasta los andares, jajaja). Por eso, desde Grupo Pastores llevan un tiempo dándonos a conocer los nuevos cortes, los aprovechamientos y virtudes de esos cortes menos conocidos, como el que hoy os traigo: el carrillón.
Así que hemos cocinado el carrillón como si de carrilleras se trataran, ese toque del Pedro Ximénez le aporta un sabor especial a nuestro guiso, el cual deberemos dejar tranquilamente a fuego lento en nuestra olla. Nos encontramos ante una de esas recetas que requieren su tiempo y toda nuestra paciencia, de esa manera nos recompensará con un plato lleno de sabor.
Yo me estoy aficionando últimamente al #slowcooker y aunque aún no he estrenado mi nueva maquinita, este guiso será uno de los primeros en caer, así que si tú tiene tu olla de cocción lenta, no lo dudes, este plato te está pidiendo a gritos que lo cocines.
La receta íntegra la podeís encontrar en el blog de Grupo Pastores, aquí.
Nos leemos pronto! Salu2. Paula
