Hace ya muchos días que Lola me envió muy bien empaquetadita a Paquita, para quien no conozca la historia, escamas desecadas de masa madre, a fin de hidratarlas y hacer crecer y dar vida a mi propia masa madre.
Como voy muy liada, muy liada, he tenido que esperar a las pasadas vacaciones de Semana Santa para rehidratarla, ya que quería tener tiempo suficiente (aunque realmente no lo necesita, peor hay días que estás cansada y vagueas más).
A continuación os enseño el procedimiento que yo he seguido, y el resultado lo vereis después, la primera muestra, la fotografía que inicia este post.
El jueves santo a las 10,45 cogi las escamas, un bote de cristal de 2 litros que compré de propio, y las bañe con 155 gramos de leche. A la media hora le añadí 125 gr y a la media hora 230 gr de harina de fuerza. Quedó un grumo espeso tal que así.
Como eso no subía ni a la de tres a las 12 de la noche la tapé con un paño y la acerqué al radiador, un día después había crecido bastante.
Mirado como empiezan las burbujitas.
Al darle de comer la masa baja, se desinfla, claro le quitamos todas las burbujas. Mirad en la siguiente fotografía, la marca bajó, en cambio nueve horas después había crecido más que nunca.
Así que el sábado por la noche comencé a preparar el pan que nos comeríamos el domingo.
Pan con masa madre natural de Xabier Barriga
Elementos del invento:
– 110 gr de masa madre natural
– 250 gr de harina
– 5 gr de sal
– 175 gramos de agua
Elaboración de los elementos:
Mezclamos la harina con la sal, incorporamos tres cuartas partes del agua y amasamos, incorporamos la masa madre natural, amasamos y finalmente incorporamos el resto de agua.
Una vez hecha nuestra masa, la dejamos tapada con un paño húmedo durante una hora. Amasamos y volvemos a dejar reposar durante noventa minutos. Como era la una de la madrugada yo lo que hice fue dejarla hasta el día siguiente, concretamente hasta las 8 de la mañana. Nos encontraremos una masa muy crecida que desgasificaremos, da gustar amasarla así.
Damos forma a nuestro pan y dejamos que vuelva a levar durante cuatro horas.
Precalentamos el horno a 230º e introducimos una olla llena de paños y cubierta de agua para que cree vapor. Cuando esté caliente el horno bajamos la temperatura a 180º, pintamos el pan con aceite y le realizamos los cortes (gracias Sonia por el consejo).
Horneamos durante unos 40 minutos, hasta que se haya dorado el pan.
Ale, a disfrutar!!!